miércoles, 24 de noviembre de 2010

Pasaia: San Juan y San Pedro

Por fin he terminado la selección de fotos de mis vacaciones de verano en mi querida Donostia, y para no hacerlo demasiado extenso os las voy presentando por fascículos, en pequeñas dosis fácilmente asimilables...

Comenzaré con Pasaia (o Pasajes), uno de mis lugares favoritos de San Sebastián. En la desembocadura del río Oiartzun y encajonado entre montañas nos encontramos con el puerto de Pasajes, antaño importante puerto mercantil y que separa los barrios de San Juan y San Pedro.


Estos dos barrios se caracterizan por su pasión por las traineras, y por la rivalidad que les separa en este deporte. En los balcones de ambas orillas se observan el rosa y el morado, los colores que como emblema llevan los aficionados de cada extremo.

Llegamos a San Pedro en coche en tan sólo 10 minutos desde el centro de San Sebastián, y por una mínima cantidad de dinero podemos cruzar en barca al otro lado, donde nos espera San Juan.


San Juan es un conjunto de casas antiguas de pescadores y calles estrechas y rebuscadas. donde las terrazas de madera y los suelos empedrados nos acompañan mientras bordeamos una orilla donde los niños saltan al agua del puerto por la diversión que les puede ofrecer recoger los pocos céntimos que les den los turistas.


Su ambiente bucólico y tradicional se ve "decorado" en todas sus paredes y farolas por pegatinas y pintadas claramente independentistas y no siempre civilizadas. Pero como no me gusta hablar de política en este blog, y menos aún me gusta dar publicidad gratuita a aquellos que no la merecen, os dejo una simple muestra de a qué me estoy refiriendo y dejamos ahí el tema.


Y sin duda, lo que más me gusta de este lugar (y que hace un par de años que no consiguo repetir) es recorrer la subida por ese camino estrecho que se va elevando sobre el río mostrándonos vistas espectaculares de la entrada al puerto, donde si tenemos suerte veremos la entrada de uno de los cargueros que llegan al lugar y donde también nos espera el merendero en el que es de obligado cumplimiento comer las mejores sardinas asadas que he probado nunca. Ya sea por las sardinas, por el entorno, o por el cóctel que forman todos estos ingredientes, no dejéis de pasar por aquí.


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