jueves, 2 de septiembre de 2010

Escapada a Cantabria: Un finde en Liendo

Hace ya casi dos meses que cumplimos con la tradición de pasar un fin de semana en Liendo, un pueblecito de Cantabria. Todos los años Guille nos invita a descansar con los amigos en su casa y este año no podía ser menos. 

Así que el Viernes por la tarde nos montamos en los coches y 5 horas después estábamos en su casa. Un caserón enorme en el que cabemos cada año más personas.


Este suele ser el primer contacto de cada verano con la playa. Un año fuimos a la playa de Liendo (tan salvaje la playa como su acceso), pero esta vez nos decidimos por la de Santoña: una enorme extensión de arena con bastante más gente y un entorno menos espectacular, pero donde teníamos que aprovechar el buen tiempo que estábamos teniendo, algo realmente extraño según nuestra tradición allí.

En esta playa hay un detalle curioso: Normalmente la primera línea de cualquier playa se caracteriza por tener hoteles y apartamentos para turistas (sigo sin entender la Ley de Costas); pero en Laredo hay algo distinto, en uno de los extremos hay una cárcel. Con semejantes vistas y sin poder bañarse la condena allí si que tiene que ser difícil de llevar...

Da la coincidencia de que en el mismo Liendo también tiene una casa otro amigo: Rafa. Cosas del azar, así que decidimos aceptar su invitación de pasar la tarde en su casa, donde las vistas de la Cordillera Cantábrica, y su enorme jardín me permitieron hacer fotos de todo tipo. Fue realmente curioso ver cómo en tan poco tiempo se pueden hacer tantas fotos.

De despedida, por la noche nos fuimos a ver los acantilados que hay por la zona. Se nos hizo muy de noche y había niebla, así que entre eso y lo peligrosos que eran los caminos no pude hacer las fotos que me hubiese gustado hacer. Aún así os dejo una que he rescatado entra la bruma.


Sé que resulta extraño contar al final del verano lo que hice nada más comenzarlo, así que a ver si el año que viene podemos repetir y os lo muestro todo un poco antes y mejor.