viernes, 3 de diciembre de 2010

Igueldo y Chillida

Hoy me toca mostraros otros dos lugares con encanto de San Sebastián.

Empezamos la visita en la falda del monte Igueldo, en la parte izquierda de la Bahía de la Concha. Entre árboles y aún a poca distancia de la playa está la estación del funicular que nos llevará hasta lo alto del monte.


Desde que era un mocoso que no levantaba dos palmos del suelo recuerdo este medio de transporte que se ha convertido en una seña de identidad de la ciudad, y desde entonces no recuerdo que haya cambiado lo más mínimo. Por poco dinero compramos los billetes de ida y vuelta, a sentarse y disfrutar de la subida entre los árboles de Igueldo. Procurad poneos en el primer compartimento si queréis tener las mejores vistas.


Una vez arriba nos encontramos con un hotel y un parque de atracciones. El hotel no lo conozco por dentro, pero el parque de atracciones sigue tan igual como el funicular, así que tampoco os imaginéis un Port Aventura o un parque temático a lo grande. Pero si buscáis un lugar entrañable con unas vistas inigualables entonces tenéis que ir. Desde los miradores podéis ver la Bahía entera, con La Concha, Santa Clara, Ondarreta... Y no os olvidéis de montar en la "Montaña Suiza", que asusta con su traqueteo que aparenta desmontarse en mil cachos y que os mostrará unas vistas del otro lado del monte Igueldo que compiten con las primeras.


Una vez abajo llegáis a otro de mis lugares favoritos de Donosti: El Peine del Viento. Se trata de una escultura de Chillida, bueno, tres esculturas clavadas en las rocas y ubicadas en la base del Monte Igueldo, en el extremo de la playa de Ondarreta. Es un lugar de esos "con alma" en el que fotografiarse, sentarse y disfrutar. Especialmente en esos días de mareas vivas en las que las olas escupen su agua por los sumideros del suelo llenando de magia este rincón.


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