domingo, 5 de diciembre de 2010

Dononstia - San Sebastián

Con la nieve cayendo ya sobre Madrid, por fin doy por terminada con estas líneas mi descripción de los días que pasé en San Sebastián con mi familia en verano, disfrutando de la Semana Grande como cada Agosto y volviendo a visitar cada rincón de la ciudad que me vio nacer.

Lo que aquí os pongo hoy es un conjunto de fotos y lugares que no he enseñado en las anteriores entradas y que me veo obligado a no dejar de lado.

Empiezo mi visita por el puente de la Zurriola, esa última pasarela sobre el río Urumea que deja a un lado la Avenida, al otro el Kursaal y frente a nosotros la desembocadura del río que por fin llega al Cantábrico.

 Vistas de la desembocadura del Urumea desde el puente de la Zurriola.

A su izquierda llegamos a la Parte Vieja de San Sebastián, un entramado de calles donde las tiendas de turistas y los bares de pintxos pelean por cada esquina. Pasear por esta zona y entrar a probar los pintxos y mejillones pasando por la plaza de la Constitución o visitando la Iglesia de Santa María es una gozada imprescindible tanto para guiris como para donostiarras.

Balcones de la plaza de la Constitución.

Calle Mayor de la Parte Vieja. Se puede observar el Buen Pastor al fondo.

Tras atravesarla llegamos al puerto y las escaleras que nos llevan al monte Urgull y el paseo del cura, dejando por debajo de nuestras cabezas la Parte Vieja y disfrutando de otras vistas maravillosas de la Bahía y la ciudad entera.

Tejados de la Parte Vieja. Desde el Paseo del Cura.

Recreación de los cañones que antaño vigilaban la Bahía de La Concha.
Vistas de Santa Clara e Igueldo desde los miradores del monte Urgull.

Bajando hacia el centro y siguiendo la Calle Easo llegamos a la parroquia del Buen Pastor. Esa Catedral que quizás no sea la más bonita ni la más grande del mundo, pero es en la que me bautizaron, en la que fui a catequesis e hice la comunión, y a cuyos jardines me llevaba mi madre a jugar cada día al salir de Marianistas.

Fachada princiapl de la Catedral del Buen Pastor.

Volviendo por la Calle Hernani llegamos por fin al paseo de La Concha. La Playa por excelencia de San Sebastián, cuya barandilla forma parte de cuadros, fotos, recuerdos y colgantes... Que en verano se llena de turistas luchando por huecos imposibles, flanqueada por Urgull e Igueldo, vigilada por Santa Clara y habitada por títeres, paseantes y bañistas.


Tal y como decía al principio, aquí termina mi descripción de las vacaciones que un año más pasé en Donosti, disfrutando de la familia y las fiestas, de una Semana Grande o Aste Nagusia que seguro volverá en el 2011 con más fuegos artificiales, gigantes y cabezudos, conciertos y comidas familiares.



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