miércoles, 25 de agosto de 2010

Cuatro días por Portugal: Inferno, Penas y Mouros (III)

El tercer día de viaje decidimos dejar de lado Lisboa y ver un poco dos pueblos cercanos al camping de Guincho en el que estábamos: Cascais y Sintra.

La primera de ellas, Cascais, es una pequeña ciudad costera cercana a Estoril. Sus calles y playas recuerdan a la típica ciudad veraniega en la que puedes disfrutar de paseos entre palmeras y baños en playas de arena blanca.

A poca distancia andando del centro de la ciudad (unos 10 minutos) llegaréis al Palacio Dos Condes de Castro Guimarães, un edificio-museo con unos jardines muy tranquilos por donde pasear, y cuyo interior podréis recorrer gratuitamente viendo suntuosas habitaciones y pasillos llenos de lujos.
Unos 5 minutos más andando y llegáis al lugar más espectacular de Cascais: Boca do Inferno.Una zona de acantilados y paredes rocosas preparada a base de miradores para poder disfrutar de las vistas del agua y las olas chocando contra los muros de piedra. También podréis parar un rato para tomar algo en las terrazas de la zona y comprar recuerdos en los puestos que hay colocados para los turistas como nosotros XD
Tras volver otra vez a Cascais y pasear por las calles del centro plagadas de turistas, cogimos el coche (que milagrosamente habíamos conseguido aparcar sin pagar parking) y fuimos a Sintra. Allí hay una visita imprescindible y luego muchas entre las que hay que elegir alguna: nosotros decidimos que fuese el Castelo dos Mouros.
El Palacio Da Pena está algo alejado del centro de Sintra, si lleváis coche podréis aparcar en los bordes de la carretera no muy lejos de la entrada y, si no, podéis preguntar por los autobuses que suben desde el pueblo. Una vez allí y tras comprar una entrada combinada para nuestras visitas, hay que seguir subiendo a pie por empinadas cuestas hasta llegar al Palacio, donde las vistas, los colores, las construcciones y la magia del lugar os impresionarán seguro:
Deshaciendo parte del camino andado, llegamos al Castelo Dos Mouros, una especie de montaña amurallada donde encontraréis básicamente dos cosas: escaleras y vistas para gente sin vértigo. Lo primero os dejará sin fuerzas en las piernas, pero os recompensa con lo segundo, unas vistas de Sintra por un lado y del Palacio Da Pena por otro. Sin duda mereció la pena la paliza que nos dimos.

Antes de volver al camping nos pasamos a ver el atardecer por la playa de Guincho. Bonito, ¿verdad?

1 comentario:

  1. Noo...si te atacan terodáctiles de colores (menudos moscorrofios en la playa) :-(

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