lunes, 9 de agosto de 2010

Cuatro días por Portugal: De Belén al Cristo Rey (II)

Después de la paliza del día anterior, el Jueves se presentaba bastante calmado, había pocas cosas que ver y aún menos para andar, así que con mucha calma cogimos el coche en Guincho y media hora después aparcamos a los pies del Monumento a los Descubrimientos:


Un enorme "barco" de piedra construido hace tan sólo 50 años y adornado con figuras de famosos personajes de la historia de Portugal, fue construido por el 500 aniversario de la muerte de Enrique el Navegante, que dirige el monumento desde su proa.



Si impresiona desde abajo lo hace aún más desde el mirador que esconde en su parte más alta, donde se pueden ver unas magníficas vistas de la Torre de Belén, el Tajo y el Monasterio de los Jerónimos.


Tras ver una exposición fotográfica de la historia del puerto de Belén que se mostraba en la planta inferior del monumento, y a tan sólo 5 minutos andando del monumento se encuentra uno de los símbolos de la ciudad: La Torre de Belém. Un edificio del Siglo XVI que sirvió en su momento como centro de recaudación para entrar en la ciudad y como protección de la desembocadura del Tajo.


Por supuesto, también su visita creo que es obligada, aunque preparaos para subir muchísimas escaleras de caracol, estrechas y que parecerán que te llevan de una planta a otra sin terminar nunca de subir. Eso sí, una vez arriba las vistas vuelven a compensar el esfuerzo.


Tras la Torre de Belén nos dirigimos Tamara y yo hacia el Monasterio de los Jerónimos, tercera parada del día y otro "imprescindible" en cualquier visita a Lisboa. Lo bueno es que se encuentra en la misma zona que los dos anteriores. También del Siglo XVI y construido para conmemorar la vuelta de las Indias de Vasco da Gama, os sorprenderéis con su tamaño y fachada, pero aún más con su interior, el Claustro es uno de los lugares más bonitos del viaje, y la iglesia os impresionará de igual manera.


Era el momento de realizar una parada en boxes para comer, y a unos minutos del monasterio encontraréis muchos bares que os ofrecen menús típicos a base de pescado que podréis redondear pasandoos por la pastelería tradicional que vende los pastelitos de Belém.
Con el estómago ya lleno nos montamos en el coche para acabar el día visitando el mirador del Cristo Rey. Una réplica del que se encuentra en Rio de Janeiro y no apto para gente con vértigo.




Para terminar la entrada de este día os dejo un par de fotillos hechas desde el mirador del Cristo Rey. La próxima entrada: Cascais y Sintra.



2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. ¡Lisboa es una de las ciudades más hermosas del mundo! De sus monumentos me quedo con la Torre de Belem y los Jerónimos. Muchas gracias por este amplio reportaje. Un saludo, ¡te seguiré!

    ResponderEliminar